domingo, 4 de abril de 2010

HA LLOVIDO TANTO...

Y no lo digo en sentido figurado. Ha llovido a mares, y el agua ha sido bendecida y maldecida, y se ha llevado cosas y ha traído otras.
Ha llegado la primavera, una primavera extraña, hueca como el tronco de la encina que hemos visto cortar, la misma encina enferma en la que jugábamos a encestar bellotas cuando los niños eran muy pequeños. Tenía un hueco en el tronco podrido por donde intentábamos colar los humildes frutos.
Oh! Acabo de caer; la encina estaba hueca, pero no vacía. A lo mejor cuando esta primavera haya muerto también me daré cuenta de que sus huecos estuvieron llenos alguna vez...