Pues bien, no me acuerdo de nada. Sólo guardo de aquellos tiempos una nebulosa de sensaciones.
Muy triste.
Conclusión: los años me han resbalado (espiritualmente hablando, claro, que por la cara y por el culo me han pasado con trote borriquero).
Pues eso, que veinte años no es nada, sino que me lo digan a mí ( por cierto, ¿ soy yo o aquí hay falta de concordancia? ¿No debería ser "veinte años no son nada"?).
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